lunes, 15 de febrero de 2016

Vida intensa

Lo que tenemos por fuera de duda es que la gran "diferenciación" de las funciones sociales se ha operado exigiendo una esclerosis correlativa de la vida individual; dicha "diferenciación" ha marchado paralela al proceso por el cual "el hombre se ha convertido en un animal doméstico"
La vida moderna, y en especial la de nuestras ciudades, chupa las energías del sistema nervioso de los individuos, y de aquí las formas sociales de la neurastenia: alcoholismo, prostitución, criminalidad, locura y esa fatiga de vivir que la masa padece, cuyo índice supremo es el suicida y el atorrante, y que de ordinario se traduce en una sensación de aplastamiento, en falta de virilidad y de alegría.

                                                                                                  Julio Molina y Vedia

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