Pedicabo ego vos et irrumabo,
Aureli pathice et cinaede Furi,
qui me ex versiculis meis putastis,
quod sunt
molliculi, parum pudicum.
Nam castum
esse decet pium poetam
ipsum, versiculos nihil necesse est;
qui tum
denique habent salem ac leporem,
si sunt molliculi ac parum pudici,
et quod
pruriat incitare possunt,
non dico
pueris, sed his pilosis
qui duros nequeunt movere lumbos.
Vos, quod milia multa basiorum
¿legistis, male me marem putatis?
Pedicabo ego vos et irrumabo.
Cayo Valerio Catulo
(Verona, actual Italia, h. 87 a. C.-Roma, h. 57 a. C.)
Os daré por el culo y me la chuparéis,
maricón de Aurelius y Furius el catamita,
que me considerasteis poco decente
por mis versos, porque son delicados.
Pues es conveniente que casto lo sea
el buen poeta en persona,
pero en nada deben serlo sus versos,
que sólo tienen sal y gracia si son poco decentes y
delicados
y pueden excitar los deseos no digo ya de los muchachos,
sino de esos velludos que ni siquiera pueden
mover sus duros lomos.
Vosotros, que habéis leído muchos miles de besos,
¿me considerais un maricón?
Os daré por el culo y me la chuparéis.